Tallin es una de las ciudades con más encanto del Norte de Europa. Para el turista la principal sensación al entrar en el casco viejo de Tallin es retroceder en el tiempo y situarse en el siglo XV. La razón es que sus callejuelas, plazas, edificios e iglesias conservan todo el encanto medieval.
Qué ver y qué hacer
Paséate por la parte vieja, donde se encuentran las torres gemelas de la Puerta Viru. Una de las torres de la muralla, concretamente la Torre de la Virgen, se ha convertido en un popular café, con muy buenas vistas. Desde allí puedes acceder al Castillo de Toompea -en la actualidad es la sede del parlamento estonio- y a Raeapteek, una antigua farmacia. Al lado se encuentra una iglesia gótica frecuentada por luteranos que alberga el reloj más antiguo de Tallinn.
Otro centro de interés es la iglesia gótica del siglo XV, Niguliste, donde actualmente se organizan recitales de órgano y exposiciones como museo medieval. No debes abandonar la ciudad sin visitar el Café Maiasmokk y la Galería Drakkon, con una fantástica fachada esculpida con dragones.
Si después de conocer la ciudad buscas un poco de paz dirígete al Parque Kadriorg. Desde allí podrás visitar el Palacio Maarjamä y el Convento de Santa Brígida.
Qué se cuece en
La gastronomía se asemeja a la de otros estados bálticos. Entre los pescados ahumados destaca el Forrell servido normalmente con pan frito. Los licores estonios más populares son el Bana Tayinn, es una bebida muy dulce y muy fuerte que se puede servir con café, leche e incluso con champán.