Polonia
El alma de Polonia está esculpida en casi cada piedra de su antigua capital, Cracovia. Esta atmósfera puede sentirse en cada uno de los rincones de la ciudad. Debes pasear por su Casco Antiguo, que ha sido declarado por la UNESCO lugar protegido de la Historia Universal.
El corazón de la ciudad es Rynek Glowny, una gran plaza que recuerda la Gran Plaza de Bruselas o la Piazza San Marco en Venecia. Aquí era donde los mercaderes vendían sus mercancías. Hoy, puedes adquirir arte local y souvenirs o simplemente saborear una taza de café y relajarte con el paisaje.
No te puedes perder la Lonja de Paños, un edificio emblemático en el centro de la Plaza. Dentro se encuentra un animado mercadillo de artesanías.
Cada hora en punto, se oye el sonido de la trompeta desde la torre de la iglesia de Santa María, en la Plaza del Mercado, un rito medieval que se transmite cada mediodía por radio a todo país.
Una visita obligada es comer en el Restaurante Wierzynek, ¡como hacía la realeza en el pasado! Siéntate y come en los salones decorados con antiguos candelabros, viejas armaduras de guerra y vetustos relojes.
Y por supuesto, no puedes dejar de conocer la actual capital, Varsovia, la ciudad más grande del país. El centro histórico, completamente destruido durante la Segunda Guerra Mundial, fue reconstruido meticulosamente después de la guerra y en 1980 fue declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO.