Hotel Azarbe
Murcia
02/01/2017
"No es de 4 estrellas, más bien de 2."
Lo peor de todo es el personal de la cafetería-restaurante del desayuno. Una señora rubia con acento extranjero nos recibió el día de Año Nuevo con cara de funeral, ni 'Feliz Año' ni nada, secamente 'numero de habitación'. Éramos tres personas, y ella decía que imposible, que teníamos que ser dos. Cuando vio que ella estaba equivocada, ni 'disculpen' ni nada, se fue sin más. Trataba a los clientes fatal, fríamente, incluso obligando a algunos a cambiar de mesa. Personal como esa señora hacen que el hotel pierda mucho, pues el personal es la cara de la empresa, y la cara de esta mujer es de lo peor que hemos visto en un hotel. Nada cuesta sonreír, es un consejo, esta señora perjudica la imagen del hotel. Nosotros no volveremos. Este hotel tiene 4 estrellas, pero más bien parece de 2. Las habitaciones son simples, sin las comodidades que merece un 4 estrellas, camas incomodas, en el baño las toallas raspan, y no hay donde colgarlas, el secador es antiguo y ridículo, los muebles antiguos, la ventana solo se abre por los lados, y un largo etcétera. Sin lugar a dudas, merece la pena cruzar la calle y hospedarse en el Agalia, o mucho mejor, en el Nelva. Infinitamente mejores en todo.
¿Cuál fue la razón principal para escoger este hotel? Precio, ubicación, calidad, equipamiento?
Precio, que tampoco era barato para una noche, y el hecho de incluir desayuno, aunque fuera escaso, la leche estaba fría y el café era agua, el zumo artificial y la tostadora de pan directamente no tuesta nada.
Positivo: Supongo que está bien situado, cerca de un centro comercial, restaurantes y el auditorio, pero poco más. Hay otros hoteles cerca que si merecen sus 4 estrellas. EL Azarbe no las merece, lo siento.
Negativo: La persona encargada de desayunos es lo más antipático que hemos visto nunca en un hotel, y hemos estado en cientos de ellos. Los clientes no merecemos que nos traten mal, mucho menos el día de Año Nuevo, esta señora necesita que le expliquen que es mejor recibir con una sonrisa amable que con esa actitud seca y fría.